Grecia, a toda máquina para poder pagar sus deudas.
Los momentos de crisis llaman a grandes decisiones: o acelerar o quedarse.
Así parece que piensa el gobierno de Grecia cuando pone en marcha las obras para construir un circuito de Fórmula 1 en plena crisis.
El circuito estará ubicado a 200 kilómetros de Atenas, cerca de Patras en el Peloponeso.
Si bien el proyecto es privado, del total de los 100 millones de euros que demandará todo el complejo y la puesta en marcha, 30 millones saldrán de las arcas del estado griego. ¿Qué pensarán los ciudadanos?
Por un lado, la situación local les obliga a todos a estrecheces, reducciones, recortes, apremios, sacrificios. Las cuentas no cierran. Por otro lado este gasto, para muchos inoportuno, aunque estas obras generan muchos empleos durante su construcción.
Ciertamente, se agrega un punto atractivo más a la oferta turística sobre todo si se aseguran una plaza en el Campeonato mundial. Son miles los aficionados que podrían llegar de toda Europa para presenciar una carrera, dada su proximidad. Esos visitantes consumen entradas, noches de hotel, comidas, transporte, paseos, souvernirs. Eso es dinero que directa o indirectamente queda en el país.
Pero esto se desarrolla justo en el momento que Grecia analiza como hará para pagar su deuda externa, de cumplimiento imposible, y sobre la cual se discute una quita importante y un nuevo programa de vencimientos viables en su posibilidades de cancelación.Y tambien se estudia su salida de la eurozona, ya que un retorno a su moneda original le pemitiría sincerar su tipo de cambio sin ataduras.
¿Compensa este proyecto en este momento?
La respuesta es clara. Grecia necesita generar divisas y no tiene industrias que alimenten su balanza comercial.
Y el turismo sí genera divisas, para lo que hace falta ofrecer opciones que estimulen y aumenten la atracción que Grecia genera en el mundo.
Jorge Taboada
15 de Mayo de 2011
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