domingo, 19 de febrero de 2012

El fin de la Euro-Grecia.

Inminente secesión en el Eurobloque.

La situación de Grecia ha sido largamente estudiada y analizada, no sólo por quien esto escribe, sino fundamentalmente por todos los organismos europeos con directa e indirecta relación con el tema así como las dependencias que diseñan las tácticas y estrategias de la Unión Europea y sus aledaños. 
La situación de mayor calma que aparenta el escenario europeo estaría mostrando que todo el camino recorrido permite aceptar hoy como inexorable que una de las soluciones a la tragedia griega, sino la más probable, es la salida de la eurozona y el comienzo de una vida de aislamiento, aunque sin los drásticos ajustes por realizar ni "deadlines" improrrogables para saldar cuentas. 
Grecia puede ahora decidir qué le resultará mejor para su presente y su futuro: dejar la membrecía de la Eurozona, en lugar de padecer insoportables ajustes y pagar impagables deudas. 
Un retorno al dracma, con una conversión monetaria aceptable y un volver a empezar podrá crear una economía tolerable para empezar a caminar. 
Es la solución más barata para Grecia. Una especie de "renacimiento griego".
Y que ocurre con los demás países europeos? 
Europa tuvo el tiempo suficiente para acostumbrarse al nuevo escenario, para minimizar sus consecuencias, para imaginar una nueva Europa sin la presencia activa del país mas segregado de la comunidad, el país que sin embargo fue cuna cultural de la civilización occidental. 
Y como dijimos al principio, la situación griega y sus eventuales salidas (no necesariamente soluciones) han sido suficientemente estudiadas, lo que permite inferir que ya están los ánimos predispuestos para lo peor. 
Europa se tomó su tiempo para amortiguar el golpe griego. Y los daños potenciales han sido minimizados como para que aún la peor salida no dañe a sus ex socios de un proyecto, que no es un producto terminado sino una experiencia institucional, económica y política, en evolución constante. 
Las mil reuniones de análisis y los cientos de anuncios de ayuda a Grecia sirvieron para distraer a los mercados suavizando los efectos, a la vez que permitieron ir creando conciencia y condiciones para una aceptación mas inocua de la caída inevitable en el "default" por parte de Grecia y el posterior destierro del país del bloque de los 17 "países elegidos", un conjunto de economías asimétricas que componen un conglomerado llamado Eurozona. Y a cuya madre histórica y cultural recluirán en el aislamiento de un indeseado geriátrico regado de mar y bendecido por el sol mas atractivo de todos los cielos europeos.
También la caída de Grecia y su salida del bloque monetario entraña algo de sanción ya que el ingreso, la pertenencia y el acceso a las facilidades de ser miembro de la Eurozona (créditos baratos incluidos) se fundamentó en números falsos emitidos por las autoridades económicas griegas que hicieron abuso de la "contabilidad creativa" para engañar a sus socios europeos, lo que algunos no perdonan, en especial en el norte del continente.