viernes, 22 de abril de 2011

El oro y el Titanic

Los precios del oro para Junio en el Comex (Commodities Mercantile Exchange) se ubican en $1,500 la onza, ligeramente por debajo de los precios spot de hoy.

Gold bars

Los analistas mantienen un "target price" de U$S 1600 la onza pàra fin de año y precios cercanos a los U$S 2.000 para el 2012.

Los factores en los que se apoya esta escalada de valores transados son diversos pero concurrentes: bajas tasas de interés (hasta ahora y previo a la reunión de la Fed la semana próxima), prevenciones inflacionarias, la crisis de la deuda en la euro zona, las catástrofes de Japón y el arrastre de sus consecuencias proyectadas globalmente, los sucesos políticos en las naciones musulmanas y los conflictos cruentos en el Norte de Africa.

Otro factor a tener en cuenta es el incremento del consumo del oro para joyería en países como China e India donde la cantidad agregada de consumidores incide directamente en los precios. 

Los pecios de los contratos con liquidación en Agosto y octubre, altamente especulativos, se tranzaron en valores entre U$S 1.800 y U$S 1.900.

El mercado entonces está convalidando esta escalada de precios que refleja la incertidumbre de los operadores. O en algunos casos, quizás abonados por "inside information"  la certidumbre de un camino caótico.

La semana próxima se reúne el FMOC, Comité de Mercado Abierto del Banco de la Reserva Federal y de ese encuentro surgirá la verdadera convalidación de los precios del metal (y los otros metales que operan en simpatía) o la potencial extravagancia de sus precios.

De la reunión, que se realizará martes y miércoles de la próxima semana, surgirá la decisión de cancelar o extender el programa de apoyo financiero que la institución brindó a los mercados en un intento trunco por dinamizar la economía. 

De persistir el QE (que no es, como parece por sus iniciales, el Queen Elizabeth sino el Quantitative Easing, buque insignia de la liquidez y el alza permanente y sin pausa de los mercados) los precios seguirían su rumbo, efecto exagerado de una medida oportuna y momentánea, que no puede perpetuarse en el tiempo. 

Si el QE fuera dejado sin efecto, los resultados son imaginables y la intensidad depende de los criterios y análisis de inversores particulares e institucionales.

La disyuntiva es QE o T.

Queen Elizabeth o Titanic.

El iceberg está cerca.


Jorge Taboada

21 de Abril de 2011

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