lunes, 12 de septiembre de 2011

Grecia y el default

Un final inexorable. 
Las reuniones de Grecia con la Nueva Troika (el moderno concepto de Troika incluye al Banco Central Europeo -BCE-, la Union Europea -UE- y el FMI) se suspendieron hace unos días y no se reanudarán hasta dentro de una semana.
Sera ése el tiempo que tomará Grecia para decidir su default? 
O es la pausa que necesita Alemania para prepararse para la contingencia? 
En realidad el default no es una decisión de Grecia sino una imposición de la realidad que la invade. 
Grecia no está en condiciones de afrontar su deuda, hoy desmadrada, porque sencillamente los numeros no le cierran. 
Y lo que se observa es que estamos ante un caso de procastinación (o procrastinación) plurinacional. Ya que son varios los países, con Alemania a la cabeza, que están intentando postergar los titulares de los diarios con el anuncio del default griego. 
En realidad, si Rusia y Argentina defaultearon sus respectivas deudas, porque no lo haría Grecia? 
Para salvar la imagen del euro? Para preservar la Eurozona? 
Si la región y su imagen ya están dañadas con todo lo acontecido. 
Y no hay razones significativas para salvar una imagen que ya no existe.
Todos saben que la Eurozona marcha a una crisis, con o sin Grecia, por el peso de una dificil convivencia de economías asimétricas que no resignan decisiones soberanas como su deuda o su gestión transparente.
Grecia marcha inexorablemente hacia una moratoria unilateral de su deuda y toda postergación es una falta de entereza para enfrentar titulares indeseados en los medios masivos de comunicación del mundo.
Los mercados ya han hablado y condenaron al deudor (Grecia) al aislamiento financiero. 
Las tasas de su deuda alcanzaron hoy, después de varios días de fuertes oscilaciones, niveles de default inminente. 
La prima de riesgo con la que cotizan los bonos griegos a 10 años superó por primera vez los 2.000 puntos básicos, desde su incorporación a la Eurozona, mientras en los títulos a dos años, período que más afectado se vería por un eventual impago, el interés exigido por los inversores seguía subiendo hasta rebasar el 65%. Esto es todo un récord en la historia de los países miembros de Europa. Además, a tres años de plazo, el tipo de interés en el que se transaban los títulos del Tesoro griego también siguen acercándose peligrosamente a la barrera psicológica del 50%. 
Con las bajas de las acciones bancarias en las últimas jornadas, el valor de los bancos europeos que cotizan en Bolsa están incluso por debajo del nivel que tenían tras los mínimos que siguieron a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. 
La cotización del euro marcaba a primera hora mínimos de 10 años con el yen y seguía perdiendo posiciones frente al dólar y se transaba en el rango de 1,35/1,36. 
En tanto tambien oscilan peligrosamente los bonos de España e Italia, países prisioneros de la situación europea sumada a sus propias crisis internas.
Italia, con una deuda por encima del 120% del PIB, espera la recalificación de su deuda por Moody's, prometida para estos días. 
El pasado viernes hubo una reunión del G-7 pero sus miembros no fueron capaces de anunciar los pasos concretos que se deberían dar para el apoyo a las economías europeas en problemas. 
Los mercados responden en consecuencia. 
Y la procastinación no es un impulso positivo para los inversores. 

Jorge Taboada
12 de Septiembre de 2011

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