lunes, 26 de septiembre de 2011

El default de Grecia

Es inevitable, pero desconocidas aún sus posibles consecuencias 
Hoy me encontré con un empresario griego, de visita en Buenos Aires, para asistir al Congreso Internacional de Apicultura en la Rural. 
-Tiene alguna noticia nueva y fresca de Grecia?- le pregunté intentando tener alguna primicia reveladora sobre la situación financiera helena. 
-Sí-, me respondió, - y no es buena... Grecia declarará el default en horas.-
Intenté quitarle dramatismo al diálogo contándole lo que el ya sabía. Que Argentina y Rusia defaultearon una década antes que Grecia y sin embargo los indicadores actuales de Argentina son positivos, aunque carece de crédito internacional. Y Rusia, después de su default, es hoy líder de los emergentes y tiene una posición dominante en muchas áreas de la economía y la política mundiales. 
El empresario griego me repitió insistentemente que la gran pena es la tardanza en declarar el default, ya que la intención es realizar un default concertado, un default suavizado y no hostil. Pero las autoridades griegas y las europeas, lentas, burocráticas y temerosas no encuentran el momento adecuado. 
En realidad, surgió de la charla, no quieren asumir el dolor de enfrentar la fractura europea y procastinan la solución como si por esa vía se morigeraran su efectos. 
-Porqué tardan tanto? - se preguntaba el empresario griego. 
-Porqué no se animan? - se respondia. 
En su razonamiento mencionó repetidas veces que cuanto antes, mejor sería para todos. Esta agonía pre-suspensión unilateral de pagos es muy negativa, según su visión, porque demora la hora de la verdad y por lo tanto los caminos alternativos ulteriores para el lento proceso de la recuperación del país.
Ya nadie en Europa, y en el mundo, duda del default griego. 
Y los griegos, según este empresario, desean que sea cuanto antes para enfrentar las nuevas situaciones y resolverlas aceleradamente. 
Las palabras de la Presidente del FMI Christine Lagarde, conocidas hoy, sobre la "insuficiencia de fondos del FMI para asistir las necesidades financieras de los países vulnerables" certificaban a nivel institucional las expectativas y deseos del, a esta altura, amigo griego. 
Christine Lagarde mostró claramente con sus afirmaciones la vocación de la institución por no impedir el default griego. 
Y quizás, quiso ser también una catalizadora del inevitable proceso. 
Los ciudadanos griegos, principales afectados, ya están preparados. 
Obviamente no lo están, ni nunca lo estarán, los acreedores. Y la demora en acelerar el impago y sus consecuencias está seguramente fundamentada en la idea de minimizar los efectos en los acreedores, principalmente del sector bancario europeo, que registrarán un demérito patrimonial significativo, generando una nueva crisis financiera internacional con algunas caídas de relevancia. 
Mi amigo griego, mientras tanto, con su espíritu emprendedor y su visión de empresario, indagaba sobre algunas oportunidades de negocios en Argentina, paladeando el horizonte que ofrece una realidad post-default. 
Le conté que nuestro primer default fué hace mucho tiempo, hace dos siglos casi, con una institución bancaria británica, la Baring Brothers. 
Para su alegría le hice saber mientras saboreábamos un vinito y observábamos unas laboriosas abejas, que la Baring Brothers quebró hace unos años, anticipándose a la crisis financiera. 
Se enteró así que la Baring Brothers desapareció del mapa, y que nosotros, en el Sur de America, todavía cantamos...Y seguimos produciendo y exportando una excelente miel... 
Jorge Taboada
25 de Septiembre de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario