jueves, 15 de septiembre de 2011

El desempleo y Obama

Sin solución a pesar de los anuncios y las promesas.
Un artículo anterior sobre el tema lo titulé "Obama y el desempleo" entendiendo que el sujeto y centro de la información era el presidente estadounidense. Lo permanente así era el presidente y el desempleo lo contingente. 
Hoy el título es "El desempleo y Obama" porque entiendo que el sujeto y centro de la información es el desempleo. El desempleo es hoy lo permanente y el presidente lo contingente o accidental. 
El presidente Obama hizo el anuncio de su programa para bajar el índice de desempleo luego de volver de sus merecidas vacaciones en Martha's Vineyard, tan merecidas como para el resto de los americanos, sobre todo los desempleados que acumulan un stress quizas de muchos meses en la búsqueda de una oportunidad laboral que les de nuevo rumbo a su vidas.
La oportunidad elegida por el presidente Obama para anunciar el Jobs Act, sin apuro como lo remarcamos a pesar de las necesidades de millones de americanos desempleados, no es casual.
En Septiembre finaliza la "holidays season" y comienza la actividad anual de comercio e industria, tal como ocurre a fines de febrero y principios de marzo en el hemisferio sur.
Esto significa que sus anuncios coincidirán cronológicamente, aunque no lo hagan económicamente, con una mayor actividad proveniente del inicio de la temporada otoñal y por ende de la actividad anual.
La posibilidad de un incremento en los niveles de ocupación en estos y los próximos dias podría coincidir con su anuncio dejando la sensación que su preocupación tuvo efectos inmediatos, proporcionándole así el consiguiente rédito politico. Los primeros índices podrían marcar una recuperación progresiva del empleo para después caer en la realidad estructural de números desalentadores. 
Sin embargo la aprobación republicana al plan podría tardar un poco o no producirse desbaratando así su conexión en los efectos. 
Y es que Obama con un plan de contingencia interno no puede solucionar los bajos costos laborales en Asia y sus efectos en la economía de su país, la baja significativa de competitividad de los productos americanos, la recesión mundial, el insoluble cisma europeo y la baja en la demanda de sus economías, el alto precio del petróleo y la energía que impacta en los precios y en el costo de vida y otros temas que le son distantes en sus potenciales soluciones. 
Así, su programa de apoyo a la generación de empleos se torna en una ilusoria herramienta pre-electoral orientada a neutralizar su baja en los índices de popularidad y a procrastinar una vez mas las soluciones a los temas sustantivos del desempleo, sumergido en la desorientación y en la imposibilidad de resolver los temas acuciantes de la sociedad que lo votó esperanzada. 
Y es que quizás esos temas no tengan solución inmediata ya que los cambios globales han sido tan significativos que se escaparon al control de un país que los promovió enfáticamente y que hoy se esclavizado de las transiciones que ha liderado. 

Jorge Taboada 
14 de Septiembre de 2011 

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