El hecho se produjo horas después de que periodistas de ese medio, hecho por periodistas nacidos en villas, acompañaran a una mujer a tribunales por la muerte de un niño de 9 años.
La revista Garganta Poderosa es una cooperativa hecha por chicos y periodistas que nacieron en villas y que desde que nació mostró una faceta diferente, siempre entrevistando a personajes difíciles y con una tapa que suele simular el grito del entrevistado principal. Por allí pasaron el presidente de Uruguay José Mujica, el Indio Solari, Charly García, Diego Maradona, Emanuel Ginóbili y otros.
Pero este lunes, la tranquilidad de la redacción se vio alterada cuando efectivos de Gendarmería Nacional allanaron el lugar y estuvieron a punto de llevarse a un periodista detenido, en algo que recién se conoció este miércoles.
Según escribió Paola Vallejos, una de las integrantes de la revista en la cuenta de Facebook, de la revista, “cerca de las 19, cinco camionetas de Gendarmería cayeron en la redacción de La Garganta, estacionaron enfrente y abrieron sus puertas para que bajaran decenas de gendarmes armados hasta los dientes, sin identificación y en muchos casos encapuchados, con sus escopetas en mano (…) un compañero salió a preguntar el motivo de tamaño operativo y a solicitar que se identificara el responsable, pero no se identificó absolutamente nadie. Como de costumbre, lo verduguearon, le pidieron su propia identificación, lo pusieron contra la pared, le doblaron el brazo y quisieron detenerlo en el patio de su propia casa, algo que evitamos entre forcejeos y gritos, en una situación de mierda.
Desesperados, reaccionamos llamando en ese mismo momento a los periodistas Eduardo Anguita e Ingrid Beck, para que se comunicaran con quien hiciera falta. Y recién entonces, cuando advirtieron que estábamos denunciándolos, decidieron soltarlo”, explicó Vallejos.
La visita de los gendarmes se dio horas después de que algunos periodistas de la revista acompañaras a los tribunales porteños a los familiares de Kevin Molina, un niño de 9 años muerto el pasado 7 de septiembre durante un enfrentamiento entre bandas locales, y luego entre éstas y las fuerzas de seguridad.
La madre de Kevin había acudido esa mañana a los Tribunales para denunciar la inacción de la Prefectura Naval durante la balacera en la que murió su hijo. El día de la muerte de Kevin, escribió Vallejos, “liberaron la zona con total impunidad, para que otros resolvieran sus negocios a los tiros”.
“Durante 3 horas, las dos bandas dispararon las más de 100 balas que se encontraron después, pero los prefectos no escucharon los tiros, ni tuvieron tiempo de volver, aunque su garita está a menos de 150 metros”, señaló la periodista en su escrito.
“Que quede claro, por favor: nosotros no gritamos "que se borren todas las fuerzas de seguridad", porque en eso no estamos todos de acuerdo, sino simplemente que actúen como lo indica la ley. Y no estamos en contra de que realicen todos los allanamientos que consideren necesarios, pero sin someternos a este calvario, el mismo calvario que sentirían ustedes si en cualquiera de sus barrios desembarcaran cientos de tipos encapuchados, con armas de guerra”, sostuvo Vallejos.
El operativo de gendarmería fue repudiado por el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA).